lunes, 19 de enero de 2009

Bienvenidos

A modo de bienvenida, digamos que este es un espacio que hemos creado con una muy egoista finalidad catártica.

En estos días, hemos estado leyendo con mi mujer (de aqui en adelante el oso), todo tipo de blogs relacionados con mamás lesbianas con hijos fruto de fecundación asistida.

Cada uno de ellos, nos han hecho reir y llorar alternativamente. Cual de ellos mas adorable, no lo pudimos decidir.

En todos hemos encontrado nuestras propias vivencias, sentimientos, pensamientos, miedos y sueños.

Uno de los denominadores comunes que encontramos en casi todos fue que, el deseo de ser madres estaba presente en las dos, o al menos, en una de las mamás, desde mucho tiempo atrás. Incluso desde antes del comienzo de la pareja.

Como en este punto encontramos una diferencia importante con nuestras propias motivaciones, me parece interesante arrancar este blog desde ahi.

Nosotras, como todas las parejas, un día nos conocimos, un día nos besamos por primera vez, un día nos encontramos vivendo casi juntas y un dia nos casamos (porque nos gusta mas referirnos en esos terminos a nuestra union civil).

Dado que recien empezamos este camino y todavia no hay mucha experiencias que contar, seguramente, en sucesivos post, iremos contando con más detalles nuestra historia.

Pero lo que nos ocupa aca es, como surgio en nosotras el deseo de ser madres.

No estaba en nuestros planes la maternidad, ni en cada una de nosotras en forma individual, ni en los planes de la pareja. A punto tal, que cuando nos conocimos, por supuesto, el tema ocupo algun espacio de las 36 horas que duro nuestra charla antes de comenzar nuestra relación. Una de nuestras primeras coincidencias fue el hecho de que las dos teniamos muy claramente decidido que no queriamos tener hijos. Fue una coincidencia...y mas tarde...casi un contrato pre-nupcial.

Pero... la vida siempre tiene muchas vueltas...

Cuando nos casamos, (cosa que tambien creimos que jamas ibamos a hacer) lo hicimos por que sentimos que habiamos encontrado en la otra, nuestro lugar en el mundo. Fue la sensación de..."al fin llegué..."

El día que me casé, fue el día más feliz de mi vida. No recuerdo uno más feliz, ni antes ni despues. (Aca hablo en primera persona, porque los sentimientos son individuales y nuestro amor es eso: amor...no simbiosis)

Cuando la luna de miel termino, empezo la vida... y nosotras a acomodarla a nuestros gustos y a acomodarnos nosotras a las realidades que nos planteaba.

Hace un tiempo, nos dimos cuenta que nuestra vida se fue convirtiendo de a poco, en lo que queriamos que fuera.

Nos dimos cuenta de que no teniamos toooooooodo lo que queriamos, pero queriamos todo lo que teniamos, porque nosotras lo habiamos hecho asi, a nuestro gusto.

Pudimos por fin, despues de mucho batallar, empezar a disfrutar. Pudimos tomar conciencia de lo felices que somos y de lo afortunadas que somos por eso. Porque podemos decir, aunque suene un poco cursi, que somos felices... por lo menos HOY... Si no lo dijeramos seríamos muy desagradecidas con la vida.

Cuando pudimos relajarnos un poco, cuando pudimos disfrutar todo lo bueno que tenemos, aunque parezca algo loco, o algo obvio, pudimos tomar conciencia de cuanto nos amamos.

Por supuesto que sabemos que nos amamos... desde que nos amamos... Pero a veces el ritmo de la vida hace que uno lo sepa y lo tenga como con una conciencia marginal.

Algo así como: "Obvio que te amo, si no te tengo me muero de dolor... " Es algo que uno sabe que siente, pero la locura diaria hace que no tenga espacio para vivenciarlo. Para sentirlo ahi, en el medio del ser invadiendonos todo.

Entonces paso que cuando nos dimos cuenta de lo felices que eramos, cuando tuvimos el tiempo y el espacio para vivenciar el amor inconmensurable que nos tenemos... nos dimos cuenta que nos desbordaba por todos lados... que era demasiado...que nos sobraba.

Entonces nos dimos cuenta que ese amor tenia que trascender. Nos dimos cuenta que era tanto que necesitabamos compartirlo. Nos dimos cuenta que queriamos tener un hijo.

Tener tanto amor y guardarnoslo solo para nosotras, sería como cortarle las alas.

El hijo que buscamos, es la materializacion del amor que nos une y su receptaculo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

AMIGA HERMOSA...HOY COMO AYER,Y COMO SIEMPRE VOY A ESTAR EN ESTE CAMINO..LA VIDA ES PARA VALIENTES,Y TE JURO QUE VALE LE PENA!TE AMO.ABRAZO DESDE EL ALMA PARA LA FAMILIA NUMEROSA...Y A SEGUIR SUMANDO!KARIN

EL Poyito dijo...

Lindaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! Te adoro!!!!

Silvia y Eva. dijo...

Yo me acuerdo al principio de mi mujer se habia hecho a la idea de que como era lesbiana ni iba a casarse ni a tener hijos (que tonteria) y yo queria las dos cosas asi que tarde 1 año en convencerla de casarse y otro año en convencerla (no me costo mucho en ese año derrepente hay cinco niños nuevos en nuestros alrededores que los adoramos) y aqui estamos solo deciros que paciencia porque se necesita mucha. Besos